Jueves 04 de Setiembre, por la mañana me dirigía a Miraflores para realizar un par de trámites bancarios, no tenía mayor urgencia pero preferí no dejarlo pendiente. Al acercarme al óvalo por la Av. Ricardo Palma pude ver algunos buses del SIT (Sistema Integrado de Transporte) que transita por el llamado Corredor Azul y que ha dividido, una vez más, a los limeños.
Llegando al tradicional punto de referencia del distrito donde he vivido la mayor parte de mi vida, cruzó frente a mi uno de ésos buses, con poca gente, todos viajaban sentados. Después deduje que probablemente era la línea 303, servicio que no se detiene en todos los paraderos. Casi no lo pensé, simplemente decidí tomar uno de los buses y experimentar por mi mismo las dificultades o beneficios que tanto divide a la gente en las redes sociales, en los medios y en la calle misma. De esa forma tendría elementos de juicio válidos.
Al doblar hacia la Av. Larco, caminé unos pocos pasos y encontré un paradero, había una pequeña línea de gente esperando y en ese momento partía un bus; éste si, iba considerablemente lleno. Era la línea 301, que sí se detiene en cada punto. Al ubicarme al final de la cola vi la hora, 11:01 AM, habrían de 8 a 9 personas delante mío. En menos de dos minutos estábamos abordando en perfecto orden el siguiente bus, también lleno pero `transitable´. Mi reloj marcaba exactamente las 11:05 cuando partió el siguiente 301.
Incidente
Entre el abordaje y la partida hubo un pequeño incidente que tal vez le interese saber a los responsables de esta reforma, no fue grave pero vale la pena anotarlo. Cuando subía al bus, el chofer le decía a una de las inspectoras -llevaba chaleco amarillo- que debían `sacar a los carros de ahí´, lo dijo textualmente. No alcancé a oír la respuesta, pero mientras avanzaba hacia la parte trasera el chofer le exigía le de su nombre porque iba a reportarla. En ese momento, algunas personas empezaron a gritarle que avance y el chofer tuvo que cerrar la puerta y partir. Los `carros de ahí´, supongo, eran las líneas de transporte público que han colapsado la ciudad en las últimas décadas, y que supuestamente ya no deben transitar por esa avenida. Parece que algunas líneas usan todavía Larco para luego desviarse en el óvalo.
Viaje
Me acomodé a mitad del bus y a mi lado estaba parado un señor de gorrita y casaca, de unos 50 años aprox., y parece que, con ganas de `opinar´ sobre el SIT. A pesar que estaba lleno, yo no me sentía tan incómodo, pude transitar, pero este caballero si y lo puso de manifiesto: `cómo será cuando cobren´ `esto va a estar peor´. Un argumento fácilmente refutable, sin mayor razonamiento, lo lógico sería que disminuya la densidad de público cuando haya que pagar. Obviamente no tenía ganas de debatir, mas bien quería analizar al detalle: paraderos, velocidad y comportamiento de los usuarios. Me moví y pude llegar tranquilamente a la parte trasera.
En las primeras cuadras se puede notar un cambio, sustancial diría: NO maniobras, NO bocinas, NO paradas en medio del camino. El tránsito particular es fluido, se ve ordenado y gracias al trabajo de inspectores y orientadores que pude ver en cada paradero, la gente hace cola sin aglomerarse. Es innegable el cambio visual. Miraba el reloj, sentía que el viaje podía ser largo, algo lento, pero definitivamente tranquilo. Decidí que bajaría en Javier Prado.
La Gente
Poco después de cruzar Angamos, el señor de casaca y gorrita con ansias de opinólogo, estaba otra vez próximo a mi, repitió el comentario casi con las mismas palabras. Esta vez, una joven mujer respondió inmediatamente: `cómo va a ser peor, al contrario, habrá menos gente´. Lo dijo con calma. El señor no respondió, guardó silencio, la que sí intervino fue otra mujer que parecía tener una opinión intermedia, intercambiaron comentarios con calma, civilizadamente, fue una buena señal. La gente parece ir asimilando el cambio. Después, ya no las vi y el caballero se hizo humo.
Me animó el hecho de haber visto a dos señoritas dialogar mas que debatir, así que me animé a intercambiar opiniones con un muchacho universitario sentado al lado mío, cuando al fin pude tomar un asiento en la última fila a la altura de Aramburú. Le pregunté si era primera vez que usaba el servicio y que le parecía; dijo que se movilizaba por la Arequipa y aunque hizo un gesto de no estar del todo satisfecho, reconoció que poco a poco todo se iba organizando y nivelando. Agregó además, que le preocupaba el próximo paso de la Reforma en Javier Prado, que la gente no tenía cultura para el orden. A mi no me preocupa tanto, lo que yo podía ver a través del vidrio me hace sentir optimista en ese sentido.
El incidente inicial motivó una pregunta mas ¿Por qué todavía habían otros servicios en la Av. Larco? me dijo que creía que era inevitable que tomen ese pequeño trecho para luego desviarse y seguir su ruta. Conozco todo Miraflores y no estoy tan seguro de eso, además el chofer debería saberlo mejor que nosotros.
Al cruzar Javier Prado, me despedí con la sensación de que la gente parece tener una actitud positiva y me bajé en el siguiente paradero. Eran las 11:24.
La Vuelta
Solo tuve que cruzar la pista, no había mas que una persona en la cola y le pedí a una orientadora un críptico, que en honor a la verdad, hasta esta noche no reviso al detalle. Decidí volver en la 303, llegaron 2 o 3 personas mas y cedí mi lugar para esperar esta ruta. A las 11:32 abordé un bus que estaba, calculo, al 70% de asientos ocupados. Me senté al lado de un adulto mayor en uno de los asientos regulares. Al pasar otra vez por el by-pass Javier Prado el tráfico estaba pesado, pero no pasó demasiado tiempo para movernos.
El regreso fue muy tranquilo, nunca se llenó el bus y el señor sentado al lado mío estaba pendiente de que este servicio pare en Angamos. Un orientador, en un paradero, le alcanzó por la ventana un volante, supuestamente de la ruta en que viajábamos, pero no coincidía con uno de los paraderos. Se quejaba de que ESSALUD lo hacía ir de un lado a otro, pero tuvo comentarios favorables a la Reforma y esperaba que la gente de su edad tenga un precio preferencial cuando tenga que pagar por el servicio.
Llegué a la Av. Pardo, última parada de la 303, a las 11:50 exactamente.
Conclusión
Mucho se puede decir de esta Reforma, podría apostar que una de las objeciones será: `es que no hiciste toda la ruta´, cierto, pero es una referencia importante. Cuestionarán por consigna antes que por razonamiento y no hay duda que, la mayoría de gente que la critica lo hace sin haber viajado por el Corredor Azul. Se hace evidente que quienes afirman esto: TODOS QUEREMOS UNA REFORMA PERO NO ASÍ en realidad expresan ese encono velado por el subconsciente: TODOS QUEREMOS UNA REFORMA, PERO NO HECHA POR SUSANA VILLARÁN.
He ahí el fondo del asunto, jamás reconocerán que si se atrevió y que ha arriesgado mucho. Creo que se la jugó cuando tenía que hacerlo porque el tiempo apremia y es probable que tengamos otro alcalde a partir del 2015. Ninguno de los otros candidatos garantiza que esto siga adelante, y no me sorprendería que si la tendencia en los próximos días favorece la reforma y el reconocimiento, de que ha habido un trabajo complicado para resolver un problema aún mas complicado, empiecen a ofrecer que lo terminarán o mejorarán.
Si tenía dudas, hoy las deseché. Salvo alguna revelación cataclísmica sobre lo hecho por esta gestión, mi voto está decidido.
Ojalá el sentido común ilumine la conciencia de los limeños.
El incidente inicial motivó una pregunta mas ¿Por qué todavía habían otros servicios en la Av. Larco? me dijo que creía que era inevitable que tomen ese pequeño trecho para luego desviarse y seguir su ruta. Conozco todo Miraflores y no estoy tan seguro de eso, además el chofer debería saberlo mejor que nosotros.
Al cruzar Javier Prado, me despedí con la sensación de que la gente parece tener una actitud positiva y me bajé en el siguiente paradero. Eran las 11:24.
La Vuelta
Solo tuve que cruzar la pista, no había mas que una persona en la cola y le pedí a una orientadora un críptico, que en honor a la verdad, hasta esta noche no reviso al detalle. Decidí volver en la 303, llegaron 2 o 3 personas mas y cedí mi lugar para esperar esta ruta. A las 11:32 abordé un bus que estaba, calculo, al 70% de asientos ocupados. Me senté al lado de un adulto mayor en uno de los asientos regulares. Al pasar otra vez por el by-pass Javier Prado el tráfico estaba pesado, pero no pasó demasiado tiempo para movernos.
El regreso fue muy tranquilo, nunca se llenó el bus y el señor sentado al lado mío estaba pendiente de que este servicio pare en Angamos. Un orientador, en un paradero, le alcanzó por la ventana un volante, supuestamente de la ruta en que viajábamos, pero no coincidía con uno de los paraderos. Se quejaba de que ESSALUD lo hacía ir de un lado a otro, pero tuvo comentarios favorables a la Reforma y esperaba que la gente de su edad tenga un precio preferencial cuando tenga que pagar por el servicio.
Llegué a la Av. Pardo, última parada de la 303, a las 11:50 exactamente.
Conclusión
Mucho se puede decir de esta Reforma, podría apostar que una de las objeciones será: `es que no hiciste toda la ruta´, cierto, pero es una referencia importante. Cuestionarán por consigna antes que por razonamiento y no hay duda que, la mayoría de gente que la critica lo hace sin haber viajado por el Corredor Azul. Se hace evidente que quienes afirman esto: TODOS QUEREMOS UNA REFORMA PERO NO ASÍ en realidad expresan ese encono velado por el subconsciente: TODOS QUEREMOS UNA REFORMA, PERO NO HECHA POR SUSANA VILLARÁN.
He ahí el fondo del asunto, jamás reconocerán que si se atrevió y que ha arriesgado mucho. Creo que se la jugó cuando tenía que hacerlo porque el tiempo apremia y es probable que tengamos otro alcalde a partir del 2015. Ninguno de los otros candidatos garantiza que esto siga adelante, y no me sorprendería que si la tendencia en los próximos días favorece la reforma y el reconocimiento, de que ha habido un trabajo complicado para resolver un problema aún mas complicado, empiecen a ofrecer que lo terminarán o mejorarán.
Si tenía dudas, hoy las deseché. Salvo alguna revelación cataclísmica sobre lo hecho por esta gestión, mi voto está decidido.
Ojalá el sentido común ilumine la conciencia de los limeños.
